martes, 26 de marzo de 2013

EL PERUANO


ALTERNATIVAS. ACCIONES FRENTE A LA ESCASEZ DEL AGUA EN EL PERÙ


El modelo Lurín
EN SAN ANDRÈS DE TUPICOCHA SE HACE USO EFICIENTE DEL AGUA

RIEGO TECNIFICADO PERMITE UNA MEJOR AGRICULTURA

Reservorios. Las comunidades campesinas combinaron la técnica tradicional de "amunas" con técnicas modernas.


JOSÉ VADILLO VILA jvadillo@editoraperu.com

Con sus ocho centros poblados, dos caseríos y 1,500 habitantes, San Andrés de Tupicocha no era visible.

Encima, el aniversario de este distrito a 2,500 m.s.n.m. cae 31 de diciembre. Como la mayoría de los pueblos ubicados en las cuencas altas, el distrito tenía también un severo déficit del recurso hídrico y sólo usaba el 5% de las aguas del río Lurín, que crece en los meses de lluvia. El resto se iba al mar.

Pero San Andrés hoy es famoso, objeto de estudio y un modelo para imitar. Sus autoridades y vecinos lo lograron haciendo un uso eficiente de los recursos hídricos. En el perímetro del distrito se han construido ocho reservorios de capacidad media que permiten almacenar casi un millón de metros cúbicos de agua que usan en época de estiaje.

Gracias al riego tecnificado por goteo quedó en la historia de Tupicocha el método tradicional del riego por inundación. Ahora el agua es utilizada durante todo el año para el beneficio de la agricultura. Y se ha logrado buenos precios de sus productos en el mercado. A la experiencia se le conoce como modelo Lurín.

"Este modelo de gestión sostenible del recurso hídrico fácilmente se podría replicar porque en todo el país, más del 90% de las aguas de lluvias se van al mar", dice Juan Sánchez, director del Proyecto Desarrollo Territorial y Generación de Empleo en la Cuenca del río Lurín, del Centro Global para el Desarrollo y la Democracia (CGDD). La prioridad, opina, debería ser crear reservorios de bajos costos en las zonas más altas de las cuencas, donde la pobreza es extrema.

Papel de los privados

Por cuestión de cercanía, se está en conversaciones para replicar esta iniciativa en las tres cuencas de Lima, en el marco de la Ley de Recursos Hídricos y la promoción de la Autoridad Nacional del Agua. "Lo importante es que hoy tenemos recursos. Esta el proyecto Mi Riego, del Ministerio de Agricultura, que trabaja la infraestructura de irrigación en las zonas altoandinas. Lo ideal es que se trabaje con mancomunidades y no con municipios sueltos", dice Sánchez.

"Si los alcaldes se unieran más con los fondos de Mi Riego y las empresas mineras o energéticas, se podrían cofinanciar proyectos de reservorios. Necesitamos que las empresas tengan un enfoque distinto: antes de hacer una primera exploración, las mineras deberían conversar con las comunidades y juntos armar una cartera de proyectos para el "sembrío" del agua. ¡Otro sería el escenario! De lo contrario, habrá conflicto asegurado cuando se quiera hacer minería en un área donde hay poca agua", opinó el especialista, para quien, entre las tres cuencas de Lima (Rímac, Lurín y Chillón) hay más de 250 millones de metros cúbicos, de los cuales no se utiliza ni el 20%.

Paso uno, mancomunidad

Pero para crear el paquete de proyectos el primer paso fue que las siete municipalidades se unan como Mancomunidad del Valle del Lurín. Se fijaron cuatro ejes de trabajo: educación, comunicación, turismo y mejoramiento de la capacidad hídrica.

Teodoro Rojas Melo, alcalde de San Andrés de Tupicocha, recuerda cuando su distrito, 30 años atrás, era una zona árida donde sólo había agua para el uso doméstico. Ahora el panorama es muy distinto. Cuenta que el siguiente paso que están dando es un proyecto multidistrital: crear un reservorio de dos millones de metros cúbicos, al inicio de la cuenca de Lurín, en la zona de Tuctucocha, a 4,400 m.s.n.m.

Además, ya se cuenta con un presupuesto del Ministerio de Economía para los estudios de los dos embalses en la parte alta de la cuenca y 50 kilómetros para cada lateral del río, que suman más de 100 kilómetros de canales, para lo cual se invertirán entre 100 millones y 120 millones de nuevos soles. Las obras de las represas de Chanape y Huillcapampa se construirían en 2014.

"El objetivo es alimentar con el recurso hídrico a los distritos San Damián, Lahuaytambo, Langa, San Andrés de Tupicocha, Santiago de Tuna y Antioquía; es decir, se beneficiarían algo más de 10,000 hectáreas con, al menos, 15 millones de metros cúbicos de agua. En la parte alta habrán plantas exóticas y nativas, en la parte media de la cuenta con agroforestería y mejoramiento genético de los animales; y en la parte baja del valle, todo lo que consiste en los frutales", explicó el alcalde Rojas.

Tecnificación y mercados

El otro nivel de trabajo con la Mancomunidad son las cadenas productivas y redes empresariales, que se han dado alrededor de las arvejas y los frutales, cuya producción que se logra mediante el riego tecnificado se negocia directamente con una cadena de supermercados y Minka, en el Callao.

La alverja tiene dos campañas, la grande, en época de lluvias, que se produce en todo el país y el precio llega a los 50 céntimos por kilogramo mientras que en la campaña pequeña, cosechan en diciembre, sólo participan aquellos que cuentan con reservorios.

 Así, lograron un precio de S/. 3.60 por kilogramo. "El agua es clave, pero para que sea bien usada y genere ingresos a la agricultura; de lo contrario, es un desperdicio", recalca Juan Sánchez.

Aguaymanto en la mira

La Mancomunidad tiene la ventaja de estar muy cerca de Lima, lo que facilita el ingreso de sus productos. El siguiente producto estrella al que apuntan es el aguaymanto orgánico. Para el director del Proyecto de la Cuenca del Río Lurín la exportación aún es un tema lejano. Si bien se ha contactado con una empresa que exporta para el mercado europeo, se debe de asegurar, entre autoridades y campesinos, la producción continua de no menos de 15 hectáreas y trabajar el tema tecnológico para producirlo en la calidad que requiere dicho mercado.

Pero el buen manejo del agua da pie a la Mancomunidad a generar una serie de valores agregados. Se está viendo el turismo, por ejemplo. El alcalde Rojas dice que estudian crear un "parque ecoturístico estudiantil" debido al gran número de universitarios de Lima y Junín que visitan San Andrés para conocer in situ las bondades del proyecto agroecológico. Y, por otro, el desarrollo de la agroindustria con la transformación de la manzana y el membrillo en jugos, machacados, néctares y vinagre que producen microempresas de mujeres que ya están proyectándose a vender en supermercados.

Cuadruplicar los ingresos

El año pasado, 22 organizaciones comunales de cuatro distritos de la zona crearon la Red Empresarial de Leguminosas 

de la Cuenca Alta del Valle Lurín. Sólo el año pasado, los asociados lograron S/. 100,000 de ingresos por la venta de la alverja.

Su ventaja competitiva es la cercanía a los mercados de Lima Metropolitana, además de contar con producción durante la campaña chica, de julio a diciembre, cuando se obtiene mejor precio.

Este año, la Red tiene previsto cuadruplicar sus ingresos a más de 400,000 soles, gracias a un Plan Operativo 2013 que contempla la promoción de la asociatividad y las nuevas técnicas del cultivo y riego en otros tres distritos de la cuenca.

TÉCNICAS PARA RESERVORIOS

Se pone un muro a una quebrada de las zonas más altas, donde sólo hay rocas. El costo no llega a más de        S/. 5,000 por hectárea.

En las zonas bajas se usan reservorios recubiertos con geomembranas para que el agua no se "percole" al río. El costo es alrededor de los S/. 20,000 por hectárea.

El agua en las partes altas de las cuencas es limpia, mientras que en las zonas bajas arrastra el sedimento. Por ello, los lagos o represas en zonas elevadas tienen una vida muy larga.

95% del agua almacenada es utilizada. La perdida, sea por filtración o evaporación, es el 5% restante.

Ver: Diario "El Peruano".





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