miércoles, 3 de julio de 2019

DESCUBRIENDO

de los tiempos prehispanicos en santa cruz de cocachacra

Por Bradymir Bitzen Bravo Meza

Las primeras huellas de presencia humana en las tierras del distrito de Santa Cruz de Cocachacra se hallan en las pinturas rupestres de Cabeza de León  las cuales se remontan desde el Arcaico Andino (4000-1800aC).

Entre los motivos pictóricos reportados  en Cabeza de León hay evidencia de camélidos y cérvidos, así  como motivos de  escenas de caza y pastoreo de camélidos representados en estilo naturalista.

Sitios arqueològicos de estudio ubicados en Santa Cruz de Cocachacra y San Mateo de Otao, un aporte de Bradymir Bravo Meza, Bachiller de la especialidad de Arqueologia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
El sitio arqueológico de Cabeza de León se encuentra en un ecosistema seco la mayor parte del año, pero con estaciones de lomas en invierno. Las lomas debieron ser durante el Arcaico fuente de alimento de los cérvidos y camélidos salvajes que bajaban de las alturas para el forraje. La presencia de cérvidos y camélidos debió atraer a grupos de cazadores trashumantes a los cerros de Cocachacra, tiempo después seguramente a grupos de pastores que  aprovechaban las lomas para el pastoreo de los camélidos. Durante este tiempo los abrigos rocosos de Cabeza de León debieron ser usados como  lugar de descanso. Los motivos pictóricos representados también podrían sugerir que Cabeza de León  habrían sido el lugar donde se propiciaban rituales en favor de la caza y el pastoreo.

Sitio arqueològico de Sisigaya ubicado sobre una loma entre las quebradas Agua Salada y Sisigaya  .
Las primeras señas de ocupaciones humanas con alfarería en Cocachacra aparecen con la cerámica Formativa (1800-200aC). En Camino Real, y el cerro arriba del Túnel de Sol y Campo se han reportado alfares de estilo inciso y punteado en zona, propios del periodo Formativo. Este estilo decorado indica relaciones con la sierra central y el litoral costero.

En Cabeza de León se ha evidenciado restos de ollas sin cuello y cuellos de botellas globulares que podrían ser contemporáneos con los alfares reportados en Camino Real y el cerro del Túnel de Sol y Campo. En Cabeza de León al parecer durante el Formativo se siguieron plasmado motivos pictóricos. Las pinturas rupestres indican motivos más abstractos, propios de tiempos posteriores del Arcaico. Los grupos humanos de este periodo serian aun grupos trashumantes ya que la evidencia cerámica reportada se ha encontrado asociado a lugares de descanso o pequeños pernoctorios estacionarios. Es más evidente la gran importancia que tiene durante este tiempo el gran Templo en U de Mama en Ricardo Palma.

Los primeros asentamientos poblados habrían aparecido con seguridad para el Intermedio Temprano (200aC-500dC).  Se tiene evidencia de  asentamientos en el lugar de Sisigaya o Macipa, en Puruhuay y probablemente ya en Chaupimarca.  Estos asentamientos suelen presentar muros o murallas perimétricas que encierran los conjuntos arquitectónicos los cuales siempre están construidos sobre niveles aterrazados.

Durante este tiempo seguramente se estaban aprovechando para el cultivo las laderas y planicies del interior del valle. Hay evidencia de terrazas en las laderas de los cerros que indicarían su aprovechamiento como espacios agrícola. Durante este tiempo alfares característicos son las ollas sin cuello y con cuello bajo, cuencos carenados, y vasijas con cuello con labio decorado con muescado. En Camino real se ha evidenciado presencia de cerámica decorada de estilo Lima o Maranga que evidencia el estrecho contacto que los habitantes de Cocachacra debieron tener con el litoral costeño de Lima. Cabeza de León debió tener durante este momento un rol más ritualizada en el paisaje, ya que se encuentra visualmente asociado con Sisigaya o Macipa y con Chaupimarca.

Segùn el equipo de invetigadores, de acuerdo al plano el sitio arqueològico de Sisigaya tiene tres niveles.
Aunque no hay evidencia del Horizonte Medio (500-1000dC) en los sitios de Sisigaya o Macipa, resto de alfarería de estilo Huari  reportados en Camino Real sugieren que las tierras de Cocachacra estaban siendo aprovechadas durante este tiempo. En Chaupimarca, posible evidencia de alfares Nievería podrían sugerir que el sitio arqueológico empezaba a tener mayor importancia en la cuenca medio alta del Rímac que los sitios de Sisigaya o Macipa y Puruhuay.

La evidencia más segura de una ocupación prehispánica durante el Intermedio Tardío (1000-1470dC) viene del gran sitio arqueológico de Chaupimarca. Los patrones arquitectónicos reportados en la cima del cerro Paracumbe donde se halla el sitio, sugieren una relación más estrecha con los grupos poblacionales de la sierra de Otao.

Chaupimarca, ubicado en la intersección de los ríos de Canchacalla con el Rímac, tiene una posición estratégica desde el cual se tiene dominio visual de gran parte del valle medio alto del Rímac y la quebrada de Canchacalla. El cultivo de árboles frutales y especies exóticas como el ají y el algodón debieron tener una fuerte importancia para la relevancia de la chaupiyunga del Rímac y para Chaupimarca como sitio desde el cual se controlaba el tráfico de recursos agrícolas. La presencia de estilos decorados semejantes a los reportados en sitios de la sierra de Huarochirí como Cinco Cerros indica la importancia de Chaupimarca también para los pueblos de las cabeceras del valle de Rímac y Lurín.  Abunda durante este tiempo también los llamados alfares de serranos o brown ware (de pasta marrón). No hay evidencia concreta de que Sisigaya o Masipa y Puruhuay hayan estado aun en funciones durante el Intermedio Tardío.

La ocupación Tawantinsuyu del Horizonte Tardío (1470-1532dC) sucede a la par de un gran despoblamiento de asentamientos en el valle del Rímac. No se ha reportado evidencia de que Sisigaya o Macipa, Puruhuay y otros muchos sitios del valle hayan estado ocupados durante este periodo. En Chaupimarca no obstante se da una fuerte presencia de material cultural Inka, Chimú-Inca, Chancay, Ychsma, lo que sugiere la gran importancia que tuvo Chaupimarca en el periodo incaico. Esta importancia se debió al rol estratégico que habría tenido Chaupimarca durante el Intermedio tardío. Importancia semejante habría tenido el sitio arqueológico de Chucuncuya en San Bartolomé en cual al igual que Chaupimarca evidencia alfarería y útiles líticos de tipo Inca.

Las fuentes históricas sugieren que los Inca habrían convertido la provincia de Huarochirí y dentro de ella a Cocachacra como parte de los dominios de la etnia Yauyu cuyo núcleo cultural se halla en la provincia vecina de Yauyos.

Dos grandes grupos étnicos habrían tenido sus dominios en el Valle alto y medio del Rímac, los señoríos de Picoy y Yaucha. Es posible que de tiempos del dominio inca del valle del Rímac, Cocachacra obtuvo dicho nombre, que proviene de dos palabras quechua, y significa Chacra de Coca.

Para el periodo Colonial Temprano (1532-1610dC) solo se ha reportado algunos fragmentos de cerámica de jarra oliva y cerámica vidriada en Chaupimarca y en algunas terrazas cultivadas de cerca del pueblo de Puruhuay. Chaupimarca habría sido el último pueblo prehispánico en ser abandonado dando pasado a las reducciones de indios de Mama (Ricardo palma),  San Jerónimo de Surco  y San Damián de los Checa de 1570. Las fuentes históricas del periodo Colonial Temprano hablan de relatos mítico-mágicos entorno a Cabeza de León, posiblemente también conocido como la peña de Chuquihuampo. Es posible que durante los periodos tardíos (Intermedio Tardío y Horizonte Tardío) Cabeza de León haya seguido teniendo una importancia como lugar sacralizado en el paisaje al que se rendían culto y hacían ceremonias.


Esta importancia se mantuvo durante los primeros años de la Colonia. De tiempos coloniales, se sabe que Cocachacra formo parte de las tierras de San Bartolomé de Suquiacancha, la cual estaba sujeta a la llamada huaranga Checa, cuyo núcleo se hallaba en la reducción de indios de San Damián de los Checa, en la sierra de la cabecera del valle de Lurín. 

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