Un juego a la guerrita
ROSA VÁSQUEZ Y LA REVOCATORIA DE DEMETRIO
Drirector de revista La Hualina Carlos Orozco |
En el Perú, la revocatoria en pocas palabras significa “retirarle el mandato” a una autoridad elegida por elección popular. Es decir, alcalde, regidor, consejero o presidente regional, en cuyo proceso como en el amor y la guerra todo vale, dado que la ley admite que las acusaciones para pedir la revocatoria de una autoridad municipal o regional no requieren demostrar, sino solo fundamentar.
En consecuencia el pedido de revocatoria planteada por Demetrio Alan Pomajulca, contra la alcaldesa Rosa Vásquez y sus 9 regidores, solo se puede explicar como un buen motivo para hacer proselitismo político con afán de figuración personal o algo así como diría un niño “juguemos a la guerrita”, toda vez que el promotor no representa a ninguna fuerza social, sindical, gremial y menos política capaz de liderar un cambio ni siquiera en su distrito y menos en la provincia de Huarochirí.
Al contrario Demetrio es una especie de representante de una “Alianza a la chilena”, donde confluyen un pequeño grupo de ex candidatos perdedores de todos los colores políticos que acabaran este 25 de mayo dando un penoso espectáculo político.
Pero, ¿quién es Demetrio Alan Pomajulca?, Es Psicólogo de profesiòn, que según la señora Rosa Vásquez guarda sus heridas abiertas y sed de venganza, desde que en el 2002 le gano la candidatura a la alcaldía provincial de Huarochirí por Unidad Nacional, dicho sea de paso, en ese entonces Miguel Gutiérrez era aliado de la alcaldesa a quién ahora quiere revocar.
Demetrio, en 1986 fue alcalde del distrito de Santiago de Anchucaya por las filas de la fenecida Izquierda Unida. Los pobladores comentan que así como reza el dicho popular por “no tener pantalones para gobernar” huyo a Lima asustado por el terrorismo.
Pero, lo que si debemos saber, es que el sustento responsable para que tenga éxito el pedido de revocatoria contra la alcaldesa Rosa Vásquez, con tres elecciones ganadas a favor, solo prosperaría si se descubrieran evidencia claras de casos de flagrante corrupción cometidos durante sus más de 8 años de gestión municipal, hecho que hasta hoy Demetrio y compañía no han podido demostrar.
Es más, en la provincia de Huarochirí, no existen antecedentes de haber revocado a un alcalde desde la promulgación de la Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos Nº 26300. Víctor Palomino Chinchay y Clara Guillen Tizza fueron separados de su cargo por otras causales ajenas a la consulta popular.
La gestión de Rosa Vásquez, tiene problemas como cualquier gobernante, pero en comparación con las últimas gestiones es un gobierno municipal que parte de regular para arriba. Las críticas de “La Hualina”, siempre han sido claras y directas que han buscado enderezar el barco, apuntando a la construcción de un proyecto con visión regional, enrumbando a Huarochirí a la lucha por la toma de las riendas del poder regional.
También, hay ciudadanos disconformes con sus alcaldes, pero que no ven con buenos ojos los pedidos de la revocatoria. Ellos prefieren fiscalizar a sus autoridades y denunciar los actos delictivos cometidos por sus gobernantes locales.
En base a esta explicación y dado la noticia que Demetrio Alan a solo 24 días no llega ni a la mitad de las 15, 500 firmas requeridas y que debería presentar no menos de 25 mil firmas para pasar la valla, solo le quedará reconocer que la revocatoria es un arma de doble filo y así como un pobre gallo viejo que entierra el pico cuando pierde una pelea, tendrá que admitir en medio de la consternación de los ex candidatos perdedores que le lanzaron a esta aventura revanchista su nueva triste derrota política.
En conclusión, todo indica que Rosa Vásquez saldrá fortalecida de esta tempestad temporal. Es más, durante todo este proceso a demostrado ser una mujer que sabe pararse en la cancha política, temple de luchadora, incansable y de envidiable carisma popular. En unos días veremos si estamos equivocados.
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