de los tiempos prehispanicos en santa cruz de
cocachacra
Por Bradymir
Bitzen Bravo Meza
Las
primeras huellas de presencia humana en las tierras del distrito de Santa Cruz
de Cocachacra se hallan en las pinturas rupestres de Cabeza de León las cuales se
remontan desde el Arcaico Andino (4000-1800aC).
Entre
los motivos pictóricos reportados en
Cabeza de León hay evidencia de camélidos y cérvidos, así como motivos de escenas de caza y pastoreo de camélidos
representados en estilo naturalista.
El
sitio arqueológico de Cabeza de León se encuentra en un ecosistema seco la
mayor parte del año, pero con estaciones de lomas en invierno. Las lomas
debieron ser durante el Arcaico fuente de alimento de los cérvidos y camélidos
salvajes que bajaban de las alturas para el forraje. La presencia de cérvidos y
camélidos debió atraer a grupos de cazadores trashumantes a los cerros de
Cocachacra, tiempo después seguramente a grupos de pastores que aprovechaban las lomas para el pastoreo de
los camélidos. Durante este tiempo los abrigos rocosos de Cabeza de León debieron
ser usados como lugar de descanso. Los
motivos pictóricos representados también podrían sugerir que Cabeza de León habrían sido el lugar donde se propiciaban
rituales en favor de la caza y el pastoreo.
Sitio arqueològico de Sisigaya ubicado sobre una loma entre las quebradas Agua Salada y Sisigaya . |
Las
primeras señas de ocupaciones humanas con alfarería en Cocachacra aparecen con
la cerámica Formativa (1800-200aC). En Camino
Real, y el cerro arriba del Túnel de Sol y Campo se han reportado
alfares de estilo inciso y punteado en zona, propios del periodo Formativo.
Este estilo decorado indica relaciones con la sierra central y el litoral
costero.
En
Cabeza de León se ha evidenciado
restos de ollas sin cuello y cuellos de botellas globulares que podrían ser
contemporáneos con los alfares reportados en Camino Real y el cerro del Túnel
de Sol y Campo. En Cabeza de León al parecer durante el Formativo se siguieron
plasmado motivos pictóricos. Las pinturas rupestres indican motivos más
abstractos, propios de tiempos posteriores del Arcaico. Los grupos humanos de
este periodo serian aun grupos trashumantes ya que la evidencia cerámica
reportada se ha encontrado asociado a lugares de descanso o pequeños pernoctorios
estacionarios. Es más evidente la gran importancia que tiene durante este
tiempo el gran Templo en U de Mama en Ricardo Palma.
Los
primeros asentamientos poblados habrían aparecido con seguridad para el
Intermedio Temprano (200aC-500dC). Se
tiene evidencia de asentamientos en el
lugar de Sisigaya o Macipa, en Puruhuay y probablemente ya en Chaupimarca. Estos asentamientos suelen presentar muros o
murallas perimétricas que encierran los conjuntos arquitectónicos los cuales
siempre están construidos sobre niveles aterrazados.
Durante
este tiempo seguramente se estaban aprovechando para el cultivo las laderas y
planicies del interior del valle. Hay evidencia de terrazas en las laderas de
los cerros que indicarían su aprovechamiento como espacios agrícola. Durante
este tiempo alfares característicos son las ollas sin cuello y con cuello bajo,
cuencos carenados, y vasijas con cuello con labio decorado con muescado. En Camino real se ha evidenciado presencia
de cerámica decorada de estilo Lima o Maranga que evidencia el estrecho
contacto que los habitantes de Cocachacra debieron tener con el litoral costeño
de Lima. Cabeza de León debió tener durante este momento un rol más ritualizada
en el paisaje, ya que se encuentra visualmente asociado con Sisigaya o Macipa y
con Chaupimarca.
Segùn el equipo de invetigadores, de acuerdo al plano el sitio arqueològico de Sisigaya tiene tres niveles. |
Aunque
no hay evidencia del Horizonte Medio (500-1000dC) en los sitios de Sisigaya o Macipa,
resto de alfarería de estilo Huari reportados
en Camino Real sugieren que las
tierras de Cocachacra estaban siendo aprovechadas durante este tiempo. En Chaupimarca, posible evidencia de
alfares Nievería podrían sugerir que el sitio arqueológico empezaba a tener
mayor importancia en la cuenca medio alta del Rímac que los sitios de Sisigaya
o Macipa y Puruhuay.
La
evidencia más segura de una ocupación prehispánica durante el Intermedio Tardío
(1000-1470dC) viene del gran sitio arqueológico de Chaupimarca. Los patrones arquitectónicos reportados en la cima del
cerro Paracumbe donde se halla el sitio, sugieren una relación más estrecha con
los grupos poblacionales de la sierra de Otao.
Chaupimarca,
ubicado en la intersección de los ríos de Canchacalla con el Rímac, tiene una
posición estratégica desde el cual se tiene dominio visual de gran parte del
valle medio alto del Rímac y la quebrada de Canchacalla. El cultivo de árboles
frutales y especies exóticas como el ají y el algodón debieron tener una fuerte
importancia para la relevancia de la chaupiyunga del Rímac y para Chaupimarca
como sitio desde el cual se controlaba el tráfico de recursos agrícolas. La
presencia de estilos decorados semejantes a los reportados en sitios de la
sierra de Huarochirí como Cinco Cerros indica la importancia de Chaupimarca también
para los pueblos de las cabeceras del valle de Rímac y Lurín. Abunda durante este tiempo también los
llamados alfares de serranos o brown ware
(de pasta marrón). No hay evidencia concreta de que Sisigaya o Masipa y
Puruhuay hayan estado aun en funciones durante el Intermedio Tardío.
La
ocupación Tawantinsuyu del Horizonte Tardío (1470-1532dC) sucede a la par de un
gran despoblamiento de asentamientos en el valle del Rímac. No se ha reportado
evidencia de que Sisigaya o Macipa, Puruhuay y otros muchos sitios del valle
hayan estado ocupados durante este periodo. En Chaupimarca no obstante se da una fuerte presencia de material
cultural Inka, Chimú-Inca, Chancay, Ychsma, lo que sugiere la gran importancia
que tuvo Chaupimarca en el periodo incaico. Esta importancia se debió al rol
estratégico que habría tenido Chaupimarca durante el Intermedio tardío. Importancia
semejante habría tenido el sitio arqueológico de Chucuncuya en San Bartolomé en cual al igual que Chaupimarca
evidencia alfarería y útiles líticos de tipo Inca.
Las
fuentes históricas sugieren que los Inca habrían convertido la provincia de
Huarochirí y dentro de ella a Cocachacra como parte de los dominios de la etnia
Yauyu cuyo núcleo cultural se halla en la provincia vecina de Yauyos.
Dos
grandes grupos étnicos habrían tenido sus dominios en el Valle alto y medio del
Rímac, los señoríos de Picoy y Yaucha. Es posible que de tiempos del dominio
inca del valle del Rímac, Cocachacra obtuvo dicho nombre, que proviene de dos
palabras quechua, y significa Chacra de Coca.
Para
el periodo Colonial Temprano (1532-1610dC) solo se ha reportado algunos
fragmentos de cerámica de jarra oliva y cerámica vidriada en Chaupimarca y en algunas terrazas
cultivadas de cerca del pueblo de Puruhuay.
Chaupimarca habría sido el último pueblo prehispánico en ser abandonado dando
pasado a las reducciones de indios de Mama (Ricardo palma), San Jerónimo de Surco y San Damián de los Checa de 1570. Las
fuentes históricas del periodo Colonial Temprano hablan de relatos mítico-mágicos
entorno a Cabeza de León,
posiblemente también conocido como la peña de Chuquihuampo. Es posible que
durante los periodos tardíos (Intermedio Tardío y Horizonte Tardío) Cabeza de León
haya seguido teniendo una importancia como lugar sacralizado en el paisaje al
que se rendían culto y hacían ceremonias.
Esta
importancia se mantuvo durante los primeros años de la Colonia. De tiempos
coloniales, se sabe que Cocachacra formo parte de las tierras de San Bartolomé
de Suquiacancha, la cual estaba sujeta a la llamada huaranga Checa, cuyo núcleo
se hallaba en la reducción de indios de San Damián de los Checa, en la sierra
de la cabecera del valle de Lurín.
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